Enrique Torre Molina es activista, consultor y conferencista de temas LGBT+. Cofundó la organización Colmena 41 y es parte de la Asamblea Consultiva del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED) .
Un escenario montado en el Zócalo de Ciudad de México. Un grupo de personas de la comunidad LGBT+ ondea una bandera del arcoíris de varios metros de largo mientras grita porras como muestra de apoyo. Están listos para escuchar un discurso. No es el final de la Marcha del Orgullo LGBT+. Es el 1 de diciembre de 2018, día de la toma de protesta del nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
AMLO llegaba a la presidencia después de un sexenio en el que, según la organización Letra S, al menos 473 personas de la comunidad LGBT+ habían sido asesinadas por su orientación sexual o identidad de género, pero solo en 10% de los casos se indagaron como posibles crímenes de odio, y solo en 28.8% de ellos se identificó al presunto responsable.
Cinco meses antes de ese discurso, tras conocerse los resultados de las elecciones, AMLO hizo historia como el primer presidente electo de México en incluir a la comunidad LGBT+ en un discurso de triunfo electoral.
Bajo estas circunstancias, la elección de AMLO era esperanzadora, aunque cautelosamente insuficiente aún como para olvidar su historial problemático hacia nuestra comunidad.
En 2015, el entonces presidente del partido político Morena catalogó el matrimonio entre personas del mismo sexo como algo “no tan importante”. También, durante su última campaña presidencial, AMLO pasó de asegurar que no haría alianzas con ningún partido porque eso sería «promiscuidad política» a aliarse con el Partido Encuentro Social (PES), de carácter evangélico y abiertamente opuesto al matrimonio igualitario. Sobre esta alianza, AMLO dijo que entre el PES y Morena «no hay diferencias de fondo«.
A esto se le sumó que diputadas de ambos partidos declararan que preferirían “que los gays no existieran” y otra votó en contra del matrimonio igualitario porque eso llevaría a que la gente se case “con delfines o laptops”. El PES perdió su registro después de las elecciones (aunque busca retorno bajo el nombre Encuentro Solidario, manteniendo sus siglas), pero ha mantenido un lugar cercano al presidente.
Una vez iniciado su sexenio, la ambigüedad de AMLO sobre los derechos de la comunidad seguió palpable. El 17 de mayo, Día Internacional Contra la Homofobia, el presidente invitó al politólogo y periodista Genaro Lozano a hablar durante su conferencia matutina. Lozano hizo peticiones precisas, compartió datos sobre la realidad de nuestra comunidad y habló de lo personal que es la lucha por la igualdad. Fue un discurso valiente que muchos en la comunidad LGBT+ aplaudimos. Sin embargo, uno no podía evitar entenderlo como un discurso de Lozano, desentendido de la visión del gobierno.
El presidente habló, momentos después, refiriéndose a los derechos LGBT+ con expresiones como “este asunto” y “no es un asunto de tolerancia, sino de respeto a las libertades”, desligando por completo una necesidad de aceptación social hacia nuestra comunidad. Tampoco nos mencionó en las 461 páginas de su Proyecto de Nación, donde palabras como transgénero, lesbiana, gay, LGBT u homosexualidad no aparecen ni una sola vez.
La derecha evangélica ha estado presente en todos estos meses. La Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas y Evangélicas (Confraternice), una organización que busca incidir los medios y ocupar cargos públicos, se encuentra ayudando al gobierno a repartir ejemplares de la Cartilla Moral por 7 mil iglesias. Esta Cartilla Moral, un texto del siglo pasado que la Secretaría de Educación Pública publicó en enero, contiene un lenguaje anticuado, dirigido específicamente al “hombre” y que predica el “respeto a nuestra alma” y la moderación de los “apetitos naturales”.
Durante el gobierno de AMLO, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ya ha denunciado ataques contra la comunidad LGBT+ en México con urgencia. Solo en Veracruz, hasta agosto de 2019, se han registrado 17 asesinatos de personas de la comunidad LGBT+ que son considerados como crímenes de odio.
La falta de claridad en su mensaje, las contradicciones entre lo que dice y lo que hace, y la poca acción ante las necesidades de la comunidad LGBT+ ya está cobrando víctimas. AMLO debe ser contundente en la protección de derechos para todas y todos. Debe atender nuestras peticiones de justicia, salud, educación, seguridad e inclusión laboral que nuestra comunidad pide y merece.
Enrique Torre Molina
Fuente: The Washington Post