Mientras la Secretaría de Turismo de Morelia impulsa el desarrollo de servicios LGBTTTI, la Dirección de Inspección y Vigilancia los obstruye y agrede. ¿Hasta cuándo?

Mientras la Secretaría de Turismo de Morelia impulsa el desarrollo de servicios LGBTTTI, la Dirección de Inspección y Vigilancia los obstruye y agrede. ¿Hasta cuándo?

Este 22 de junio, Patricia Villanueva, dueña de un restaurante llamado ‘Ni Santa Ni Diabla’ que va dirigido al público en general pero en especial a la comunidad homosexual de Morelia, y que se encuentra en el centro histórico brindando servicio desde aproximadamente hace un año, acudió a la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) al proceso de demanda que enfrenta con la funcionaría del Ayuntamiento de Morelia, Maricruz Campos Ontiveros quien aparentemente y por motivos personales, no quiere autorizar que labore el comercio.

Por su parte de la persona afectada ante esta situación dijo: “Esta persona no quiere autorizar que trabaje en mi restaurante porque ella apunta que son los mismos putos, los mismos jotos y los mismos maricones que están en Rojas y en Open Mind a lo que no le parece tal cosa, no obstante además asegura que tengo cuartos para la disposición de mis clientes y que hay mucha obscuridad en el lugar, poniendo en duda el que sea un restaurante y dice que trabajo en puerta cerrada y más cosas que no son verdad pues cualquier persona e inspector puede visitarnos y darse cuenta que todas estas afirmaciones son falsas pues es un lugar como cualquier otro que cumplimos normas y no hacemos otra cosa más que trabajar”.

Añadió que la funcionaría municipal ya está teniendo más cosas personales que laborales y todo apunta que es a causa de su religión, discriminación o porque sencillamenrte no quiere o no se le antoja aceptar el giro del comercio y es por ello que además de ser homofóbica refiriéndose con muy malas palabras a las personas gay, apunta que también ya es un hostigamiento pues la visita muchas veces en la mañana, en el día, hasta la madrugada cuando el lugar a las 11 se cierra, además de enviar inspectores y conocidos de ella para cuidar todo lo que se hace en la casa donde se encuentra el comercio.

Ante ello y por su seguridad presentó una demanda tanto por su persona que ha sido varias veces ofendida verbalmente por la funcionaría así como por sus clientes que la mayoría son homosexuales y que asegura son los que le dan de comer, queja que fue puesta ante la CEDH, desde el pasado 17 de mayo de este año y que hasta ahora se encuentra en proceso enfrentando audiencias.

Cabe mencionar que el actual Presidente de Morelia Alfonso Martínez Alcázar cuando era candidato para aspirar al Ayuntamiento, pudo visitar el espacio para pedir el voto y comprometiéndose al parecer a trabajar por los derechos de estas personas y ahora al ya estar en el puesto, miembros de su administración están haciendo tales declaraciones y pretendiendo cerrar el espacio por ser un lugar para homosexuales.

Recordemos que hace aproximadamente un año hubo un «escándalo» protagonizado por este mismo personaje y la dependencia que dirige, cuando de forma poco clara se clausuraron varios lugares también enfocados a la comunidad LGBT y cuyo desenlace quedó también en el misterio (Sexo, homofobia y cochupo*: la fórmula del escándalo).

Por otro lado, y a través de la Secretaría de Turismo de Morelia, se giró una invitación para participar en el «Programa de acreditación para los profesionales de la industria turística orientada al mercado LGBTTTI», a fin de impulsar y orientar productos y servicios turísticos para nuestra comunidad y con el apoyo de SECTUR federal.

Ambas dependencias, la Secretaría de Turismo de Morelia y la Dirección de Inspección y Vigilancia, trabajan para el mismo gobierno, entonces ¿Cuál es el motivo de esta contradicción?

El propio gobierno del estado a través de SECTUR Michoacán asume esta pluralidad e invita al turismo a visitarnos bajo este concepto de apertura a la diversidad.

Mucho ojo con lo que esto puede provocar, porque funcionarios que por sus complejos o fobias personales se prestan a este tipo de cacería de brujas, ponen en entredicho la supuesta «pluralidad» de un gobierno que en teoría no se debe a ningún partido o religión, sino a sus ciudadanos y hacen peligrar el desarrollo de una industria turística SEGURA, apta y abierta también a la diversidad y a las oportunidades de crecimiento.

El llamado «dinero rosa» representa una importante fuente de generación de empleos y tiene gran impacto económico pésele a quien le pese.  En México, solamente hay seis destinos turísticos enfocados a los viajeros gay, y alrededor del 50% de los prestadores del servicio no están interesados en atenderlos, sin embargo el gasto promedio de un turista LGBT en México es de 765 dólares, 60% mayor al de un viajero internacional. Seamos coherentes, por favor.

Fuentes: Redacción Gay Morelia / Changoonga

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