Fray Juan de San Miguel fundó un hospital en este lugar para que los indígenas de la región fueran debidamente atendidos, no sólo en el aspecto de salud, sino también en la educación; aquí se instruía a los indígenas en diferentes artes manuales. Este hospital formó parte del proyecto iniciado por Don Vasco de Quiroga. El gran patio, entre el exconvento de San Francisco y la Iglesia de la Inmaculada, es amplio y empedrado. Destaca la antigua cruz atrial, además de que en la construcción se pueden distinguir los materiales típicos de la región: madera, tejas, cantera, hasta piedras volcánicas. Actualmente es sede del Museo de Artes Populares.