La homosexualidad en la tercera edad: El estigma de regresar al clóset
La edad puede volverlo a uno más vulnerable, en Europa se le suma un hecho rotundo: la población envejece, casi no se apuesta por tener hijos. Muchas personas en edades avanzadas carecen de familiares que vean por ellos y ante la situación un problema invisible se agrava.
Muchos de los mayores pertenecen a la generación que sobrevivió al sida, arrastran una vida y experiencias con menos inclusión, fueron relegados y viven bajo estigmas tristes, además del deterioro de una salud muy castigada por este virus y los tratamientos.
Federico Armenteros, educador social y presidente de la Fundación 26 de Diciembre en España, entidad que a finales de año espera poder abrir la primera residencia LGTBI habló con la agencia EFE sobre la problemática.
Su apertura puede constituir un punto de inflexión para el colectivo: “Vamos a ser los primeros en tener el derecho a elegir. Elegir quien nos cuida, y con quien queremos convivir”.
De momento su Fundación tiene nueve pisos tutelados, “insuficientes si se tiene en cuenta que el 67 por ciento de este colectivo vive de una pensión no contributiva, y que gran parte no acude a los servicios sociales a pedir ayuda porque sienten que no tienen derechos”.
Problema invisible: Mayores homosexuales
Y el problema se agrava cuando estos mayores presentan demencias o deterioro cognitivo.
“Además hay que tener en cuenta que muchos de ellos por la época en la que les tocó vivir fueron educados a esconderse como las ratas, que no se nos note”, dice Armenteros.
La invisibilidad de esta realidad es una de las principales características que también destaca el sociólogo y escritor Mateo Sancho Cardiel, quien acaba de publicar en España una de las pocas tesis que abordan el tema. Cardiel advierte de que estamos en un momento en que todo lo conseguido es “muy frágil”.
“Hay que ser conscientes de que cuando se habla de envejecimiento y homosexualidad hay muchos factores, no sólo la soledad o la depresión, también el abuso, los malos tratos y la atención médica”.
Estrés discriminatorio
Entre los factores de estrés discriminatorio se apunta además al rechazo de la familia biológica, la discriminación laboral, el potencial trauma con las instituciones más homonegativas como el ejército o la comunidad religiosa. También se le suman: el tratamiento patológico de la orientación sexual en el ámbito médico y la llamada heteronormativa de los cuidados.
El rechazo a la homosexualidad en la tercera edad: México
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM), México ocupa el nada presumible segundo lugar en Latinoamérica con mayo índice de homofobia, bifobia y transfobia. Se calcula que el 10 por ciento de la comunidad adulta pertenece a la comunidad LGBTTTIQ. ¿Cuántos no habrán omitido decirlo durante toda su vida?
En un comunicado del INAPAM, Fernando Rada Schultze, investigador del CONICET y FLACSO menciona problemas severos de aceptación. Por ejemplo, muchos transexuales al morir son enterrados bajo el nombre y la identidad con la que no estaban conformes.
Gran parte de los adultos mayores que pertenecen al colectivo sufren además una triple discriminación: Por edad, género y clase social. La vulnerabilidad provoca que en muchos casos en la recta final de su vida, muchas personas opten por volver al clóset.
Solo mediante un ejercicio de aceptación y tolerancia muchos tendrán la vida que se merecen.
Fuente: cultura colectiva